España sólo aprovecha 40% del potencial forestal para biomasa y bioproductos
España es la tercera potencia forestal de la Unión Europea, aunque sólo aprovecha el 40 por ciento de sus posibilidades para producir biomasa y bioproductos, e importa el 10,3 por ciento de la madera que se utiliza.
Según un comunicado remitido por la Plataforma Tecnológica Forestal Española e Industrias Derivadas (PTF) así se desprende de la "Guía de buenas prácticas para la movilización sostenible de madera en Europa", presentada hoy en Madrid.
La guía es una compilación de experiencias en los distintos países europeos dirigidas a potenciar este recurso natural y favorecer a la vez la biodiversidad y el ecosistema, aplicando los Criterios e Indicadores de sostenibilidad de la UE.
Optimizar de forma sostenible la madera en España, además de reducir el riesgo de incendios forestales, supondría la creación de 14.500 nuevos empleos verdes en las ecoindustrias forestales basadas en bioproductos, que hoy cuentan con 406.041 empleos.
La guía, publicada por la Comisión Europea, la Conferencia Ministerial de Protección de Bosques de Europa y UNECE-FAO (Comisión Económica para Europa), indica que mientras Europa aprovecha el 60 por ciento de su potencial forestal, España sólo un 40 por ciento.
Añade que optimizar este potencial es clave para el desarrollo de energías renovables como la biomasa (restos vegetales, paja, serrín o podas frutales) y el de ecoindustrias basadas en bioproductos (producto de origen biológico).
En España, a pesar de ser el tercer país de la UE por superficie forestal arbolada, se desaprovecha el 60 por ciento de esa potencia, por ello el Programa Forestal Español debe introducir modelos selvícolas que fomenten la biomasa forestal y proponer infraestructuras que permitan acceder a ella en una orografía complicada, como la de la Cornisa Cantábrica.
Además, esas medidas mejorarían el estado de los bosques y disminuiría el riesgo de incendios en España, donde en los últimos años se está desarrollando una nueva cultura forestal.
La guía expone como ejemplos de buenas prácticas españolas, la concentración parcelaria en Galicia, donde el 98 por ciento de la superficie forestal esta en manos de particulares, que se impulsa por razones económicas y sociales, con el apoyo de las industrias forestales y de las autoridades, y además fomenta la gestión sostenible.
Otro ejemplo es la Asociación Forestal de Galicia, una cadena de abastecimiento sostenible de madera para energía, con un plan de negocio y mejoras en recolección, transporte y producción de biomasa, que ha permitido crear 500 empleos, reducir el uso de combustibles fósiles y un 30 por ciento de los incendios.
El tercer ejemplo es la Mesa de la Madera de Navarra, un foro de negociación entre propietarios, industrias de madera, pasta y papel y el Gobierno autónomo, creada para aunar la comercialización de la madera, publicar un catálogo único de ventas y que ha permitido incrementar en 150.000 metros cúbicos la producción de biomasa y utilizarla en edificios públicos.
La guía identifica ocho áreas de actuación como fomentar la cooperación entre los propietarios forestales, mejorar las infraestructuras para el acceso de la maquinaria, revisar los tratamientos selvícolas y los programas de repoblación o fomentar la capacitación y alcanzar acuerdos para desarrollar nuevos mercados.
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